La paz imperpetua

Tratar de definir la paz pretendiendoevadir su unívoco significado, para rendirle culto al neologismo, equivaldría a negarle su función en el desenvolvimiento moral de la humanidad, y reducirla a una prudente transacción entre desavenencias o beligerancias varias. Su implantación y su defensa en la sociedad es siempre obra de una especie de heroísmo ético y requiere una inagotable energía espiritual y una actitud de incondicional protección. ¿Deberá ser regulada y definida en un canon constitucional como en nuestro sistema jurídico o es un valor supremo, suprapositivo, que posibilita la resolución concertada de los conflictos?, o por el contrario, la paz es aquella consecuencia de la contienda que nutre su cuerpo con los derechos del venced... Ver más

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2005-07-01

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Revista Jurídicas - 2005

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