Cómo nació y se impuso una nueva Universidad

La Universidad, señores, no sería digna de ocupar un lugar en nuestras instituciones sociales si, como murmuran algunos ecos oscuros de declamaciones antiguas, el cultivo de las ciencias y de las artes pudiese mirarse como peligroso bajo un punto de vista moral, o bajo un punto de vista político. La moral, que yo no separo de la religión, es la vida misma de la sociedad; y la libertad es el estímulo que da un vigor sano y una actividad fecunda a las instituciones sociales. Lo que enturbie la pureza de la moral, lo que trabe el arreglado pero libre desarrollo de las facultades individuales y colectivas de la humanidad, y –digo más– lo que las ejercite infructuosamente, no debe incorporarse por un gobierno sabio en la administración del Estad... Ver más

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2013-04-05

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