DOI: https://doi.org/10.18601/16577175.n25.07

La importancia de los procesos de estrategia, selección e implementación del SOFTWARE apropiado a cada empresa

The importance of the strategy processes, selection and implementation of appropriate software to each company

Juan Pablo Guerrero1

1 Magíster en Dirección General. Universidad de Palermo. Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: jpguerrero@yahoo.com - Orcid: https://orcid.org/0000-0002-6865-2131

Código JEL: M00, M10, M15, M19, O32.
Fecha de recepción: 15/03/2019
Fecha de aceptación: 04/04/2019


Resumen

Las organizaciones modernas suelen adquirir su software de gestión por factores "personales" y sin ningún análisis técnico. Este problema, no hace distinción entre pequeñas o grandes empresas, regionales o internacionales, con o sin fines de lucro, extractivas, productivas o de servicios. Se propone segmentar en tres etapas el proceso que debería transitar cada empresa para la elección de un software adecuado. La estrategia tecnológica, a partir de su alineación con los negocios que persiga la empresa. La selección del software, detectándose las necesidades funcionales, técnicas, de servicio y de costos. Por último, se está en condiciones de afrontar un proyecto de Implementación.

Palabras clave: organizaciones, tecnología, estrategia, selección, implementación.


Abstract

Modern organizations usually acquire their management software by "personal" factors and without any technical analysis to support the decision. This problem does not distinguish between small or large companies, regional or international, with or without profit, extractive, productive or service. It is proposed to segment in three stages the process that each company should go through in order to choose suitable software. The Technological Strategy, from its alignment with the business pursued by the company. The Software Selection detecting the functional, technical, service and cost needs. Finally, it is in conditions to face an implementation project.

Keywords: Organizations, technology, strategy, selection, implementation.


Introducción

En la actualidad, son muchas las organizaciones modernas que cuentan con una estructura de sistemas de información en la cual conviven diversos tipos de tecnologia con otros sistemas heredados y aún con procesos manuales (Pereyra, 2003).

Otras tantas empresas gestionan una arquitectura tecnológica, en la que no existe una visión clara de las decenas o cientos de servidores (o hardware, en general), paquetes de software (o incluso, desarrollos in house), dispositivos de red, elementos de datos y procesos de negocio que forman un complejo entorno de sistemas de información.

Por tanto, sin una imagen clara de toda la estructura y arquitectura tecnológica, el resultado es una planificación ineficaz con una gobernabilidad débil y recursos de TI desperdiciados. Todo esto con un alto impacto de ineficiencia que repercute directamente en los resultados de las compañías (Pereyra, 2003).

La planificación y su posterior gestión son el arte sutil de lograr la alineación entre los diversos componentes de una empresa, su entorno y su estrategia.

La alineación efectiva entre la estrategia de la empresa y los sistemas de información, requiere del análisis de los problemas y cambios empresariales a todos los niveles, desde la perspectiva del mercado hasta las cuestiones más tecnológicas (Muñiz, 2007).

Para una mejor convivencia y el logro de los resultados, la conexión necesaria entre el planeamiento estratégico de la empresa y sus tecnologías debe basarse en una traducción clara y continua de los requisitos del negocio en lo que se refiere a sistemas de información (figura 1).

Materiales y métodos

Estrategia de sistemas

A través de un ejercicio de diagnóstico de la tecnología en cada empresa, se puede arribar a que la mejor estrategia de sistemas de información debe entenderse como un complemento de la del negocio, contribuyendo por medio de la mejor aplicación de la tecnología al refuerzo de los fines y de las ventajas competitivas que se persigan.

Como para definir cualquier estrategia, primero es necesario identificar las situaciones futuras en las que uno quiere encontrarse (posiblemente marcando una distancia con la situación actual), definiendo un marco en el que encuadrar los objetivos (coherencia) y proyectando, por medio de la planificación estratégica, la dirección adecuada de los movimientos que habrán de ejecutarse para alcanzar dichas metas (Piret, 2012).

En las organizaciones modernas actuales es frecuente encontrar empresas con estrategias comerciales, de producto o de distribución bien pergeñadas que, sin embargo, dejan en segundo plano -o delegada en técnicos- la estrategia de sistemas de información (Pereyra, 2003).

La relevancia de contar con una adecuada estrategia de sistemas de información, es decir, la cuota de preocupaciones que su diseño ocupa en la alta dirección, no debería venir únicamente dada por la representatividad del costo de TI sobre el total de la organización: es preciso contemplar beneficio de disponer de una forma sistemática de planificar estrategias de negocio con los sistemas de información adecuados para soportarlas (Piret, 2012).

Conceptualmente una estrategia de sistemas de información se compone, de forma similar a cualquier estrategia de negocio, de un componente externo que mira al mercado y la forma en que va a incorporarse a este y otra interna que adapta su organización y medios para alcanzar sus objetivos.

Desde un punto de vista externo, la estrategia de sistemas de información se puede abordar en el ámbito de las competencias de la tecnología.

De forma análoga al ámbito TI, que contribuye al desarrollo empresarial del negocio y la consolidación de este, se toman decisiones relativas a los modos en que lo hacen los productos y servicios.

Sus ventajas diferenciadoras marcan una oferta en el mercado, el ámbito de diferencia comparativa con la tecnología versa sobre las competencias en los productos y tecnologías que son críticas para servicios que la empresa lanza al desarrollo y consolidación del mercado.

Se trata, por ejemplo, de dar soporte al negocio en estabilidad, interconectividad, flexibilidad, entre otras.

Desde un punto de vista interno, tres principales componentes podrían ser considerados:

Al tener claro el esquema de necesidades funcionales que tiene la organización, se está en condiciones de poder diferenciar entre los procesos conocidos como core, de los procesos llamados shared.

Los procesos core son aquellos que propios del negocio, que son el objeto principal de la existencia de la empresa y cuyas particularidades hacen que las compañías sean distintas entre ellas, básicamente enfocados en la ventajas competitivas que se pueden alcanzar.

Los procesos shared serán los que darán soporte a los anteriores. En su mayoría se trata de procesos que existen y son similares en las organizaciones modernas. En estos procesos, la búsqueda no está enfocada en la diferenciación con otras compañías, sino, más bien, todo lo contrario, tratar de identificar aquellas empresas donde son más eficientes e incorporar esas "mejores prácticas".

En la confección de la mejor estrategia tecnológica, una de las decisiones a tomar es la incorporación de "software empaquetado" o, en contraposición, desarrollar un "software a medida" diseñado para una organización en particular.

Las alternativas no son excluyentes, de hecho, las mejores estrategias hacen convivir a estos dos tipos de software, soportando los procesos desde la clasificación anterior (core o shared).

El "software empaquetado" es adquirido e instalado como un modelo prearmado, sin realizarle o realizándole el mínimo de adaptaciones a la organización que lo ha incorporado.

Comúnmente para diferenciar estos dos tipos de sistemas se suele comparar a los primeros con un "traje de vestir" creado en un proceso de confección en línea y al "software a medida" con un "traje de vestir" realizado a medida por un sastre.

Selección de software

Una vez definida la estrategia tecnológica, o aún sin haber pasado por esta planificación previa, a menudo, la responsabilidad y el trabajo de seleccionar un nuevo sistema de información puede recaer tanto en personal técnico de TI como en personas usuarias de la misma organización (Pereyra, 2003).

Estas personas, buenos profesionales en sus respectivas funciones, se enfrentan a un reto que, seguramente, no han conocido antes.

No tienen experiencia previa y ello les lleva a tomar diferentes decisiones basadas en conceptos erróneos, a saber:

La selección de un software es un proceso organizacional, de aprendizaje y social, cuyo estudio precisa instrumentos de investigación adecuados (Muñiz, 2007).

Los procesos que se utilizan en la selección pueden ser considerados procesos sociales complejos, debido a:

  1. La participación de personas de diversos centros de responsabilidad organizacional.
  2. Al tiempo que se consume en reuniones y toma de decisiones, con la consiguiente inversión y uso de recursos humanos.

Si a ello se le agrega un dominio tecnológico especializado, como lo son las tecnologías de la información alrededor de los sistemas y el propio software, el costo o la inversión inicial en capital humano se ve incrementado.

Este incremento se debe al esfuerzo que supone minimizar el riesgo o la criticidad del proceso y su impacto en las operaciones y gestión de la organización impactando en la inversión futura, tanto en la implementación como en el mantenimiento de los complejos sistemas informáticos resultantes.

En este caso, el proceso de aprendizaje proviene no tanto por aprender sobre una determinada tecnología, como el propio producto a incorporar, sino de aprender en qué medida las innovaciones tecnológicas permiten resolver cuestiones no previstas.

Además, el mismo proceso implica la necesidad de conocer sobre el funcionamiento real de partida de la propia organización, y sobre el funcionamiento futuro deseado.

El proceso de cambio social en el ámbito organizacional comienza a gestarse en el propio proceso de selección del software, conforme con la estructura organizacional y de negocio, presente y deseada, comienza a encontrar referentes de soporte más o menos automatizado en las diversas funcionalidades buscadas o requeridas por la empresa.

Con esto, las personas, como sistemas cognitivos, ven nuevas posibilidades y, como sistemas humanos, comienzan a concebirse como artefactos o piezas organizacionales engranados dentro de las nuevas tecnologías.

Todo lo anterior convierte al proceso de selección en un proceso sociotécnico singular y particular dentro del cual deben negociarse continuamente los deseos humanos con las posibilidades y las necesidades de la empresa.

Este proceso de selección de un software está definido como una necesidad que podría ser satisfecha mediante un producto o servicio relacionado o la combinación de ambos:

En este proceso de Selección, uno de los primeros pasos a dar, y quizás sea el más importante, ya que es donde se va a sustentar toda la búsqueda, es el relevamiento funcional detallado (Pereyra, 2003).

Este relevamiento implica recoger las necesidades que tiene la organización en su conjunto y cada área en particular, y que necesitan ser incorporadas por el nuevo sistema de información.

Generalmente, esta tarea cae, de manera errónea, bajo la responsabilidad del área de TI, dejando de lado la participación de los usuarios funcionales del nuevo sistema.

Al solo efecto de desterrar la no convocatoria de los usuarios en la selección y resaltar la importancia de su involucramiento, propongo asemejar la adquisición de un software por parte de una organización, con la compra de un sweater realizada por cualquiera de nosotros.

A nadie, en su sano juicio, se le ocurriría arribar a su casa mostrando un sweater adquirido para quien convive con nosotros, sin haber tenido en cuenta su talla, su color preferido, el material que le resulta más cómodo, así como otra gran cantidad de especificaciones que solo puede dar quien lo va a vestir, y solo considerando si estaba en buen precio, si era fácil su lavado y planchado, y si por su tamaño no ocupaba mucho lugar en el armario.

Con este ejemplo queda demostrado que son tan importantes las consideraciones realizadas por quien realizará el mantenimiento del sweater como las especificaciones requeridas por quien lo va a utilizar.

Cuanto más cerca esté el rol del proveedor de servicios, menos responsabilidad tendrá el área de TI. Por el contrario, cuanto menos involucramiento tenga el proveedor, este rol será de mayor responsabilidad para TI.

En esta etapa, los recursos que aportará el área de TI a su compañía serán el capital humano y la infraestructura tecnológica.

Ante las necesidades de la organización, TI siempre responderá aportando alguno de estos dos recursos o una combinación de ambos. Esas necesidades se cubrirán con proyectos concretos con un alcance y un plazo determinados.

Para poder cubrir las necesidades concretas de una o varias áreas o de la compañía en su conjunto, TI planificará el proyecto de selección con objetivos, recursos y plazos determinados. El proyecto debe cumplir las siguientes características:

Proyecto de implementación

La mayoría de los sistemas que han fracasado en las empresas deben su resultado a una mala o deficiente implementación de estos.

Algunos de los "factores críticos de éxito" más encontrados son los siguientes:

El plan requiere de una comunicación oficial a toda la empresa. Es muy importante transmitir sensación de control y claridad al resto de la organización (López, 2016) (figura 2).

Resultados y discusión

Organización del proyecto

Se determinará el alcance del proyecto, el equipo de trabajo, el cronograma y la administración.

Una vez puesto en marcha, el plan es un proceso continuo. Igual que cualquier otro proyecto, cuenta con plazos, un presupuesto global y recursos debidamente organizados.

Deben realizarse revisiones periódicas del plan global y analizar las posibles desviaciones para introducir las correspondientes correcciones. La periodicidad de estas revisiones dependerá de cada empresa y cada área de TI. Sin embargo, la recomendación es que se realicen al menos cada dos meses.

De igual forma, deben realizarse revisiones del plan con la alta dirección y la frecuencia recomendada es de al menos cada seis meses.

Cumplir con las tareas detalladas del plan de TI es cumplir con sus objetivos y, por tanto, cumplir con los objetivos estratégicos de la compañía.

Diseño conceptual

Corresponde a la definición de los procesos de negocios a implementar. En esta etapa se realiza la reingeniería de los procesos de negocios, con la ayuda de modelos de mejores prácticas del negocio (Muñiz, 2007).

Las tareas a realizar en esta fase son:

Diseño detallado

Corresponde a la parametrización o configuración del sistema, desarrollo de interfaces y customización de programas.

Una vez concluidas las tareas de parametrización y customización, se confecciona y presenta el prototipo, que servirá de base para realizar las "pruebas" al sistema (Pereyra, 2003).

Preparación al entorno productivo y testingt

Corresponde a las tareas previas al comienzo de la operación en el entorno real. Se realizan las pruebas y puesta a punto del sistema para el comienzo de la operación.

Entrada en entorno productivo y soporte

Los proyectos de implementación no terminan con la entrada en producción. Hay muchas tareas que continúan después de la entrada en productivo, entre ellas:

Conclusiones


Referencias bibliográficas

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