Perdidos y encontrados : estado, derecho, soberanía y la lucha perpetua de clases.

Asistimos hoy a una forma inédita de guerra de clases que ha encontrado su propia arma vencedora al enfrentar a unos contra otros, fijos y precarios, ancianos y jóvenes, hombres y mujeres, ciudadanos y extranjeros, residentes e inmigrantes. En este escenario, el Estado —vaciado de su contenido político-democrático— no ha muerto: ha conservado intacto el tan robusto como versátil armazón administrativo y burocrático, estableciendo el ambiente ideal para la ideología neocapitalista. Y, así como el Estado, también el derecho ha sufrido una profunda transformación, funcional hacia los intereses del neocapitalismo. El Estado ha sobrevivido como institución sin soberanía. La soberanía perdida ha dejado campo libre a la deconstrucción de la esfera... Ver más

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2019-01-01

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Stefano Pietropaoli - 2019

Descripción
Sumario:Asistimos hoy a una forma inédita de guerra de clases que ha encontrado su propia arma vencedora al enfrentar a unos contra otros, fijos y precarios, ancianos y jóvenes, hombres y mujeres, ciudadanos y extranjeros, residentes e inmigrantes. En este escenario, el Estado —vaciado de su contenido político-democrático— no ha muerto: ha conservado intacto el tan robusto como versátil armazón administrativo y burocrático, estableciendo el ambiente ideal para la ideología neocapitalista. Y, así como el Estado, también el derecho ha sufrido una profunda transformación, funcional hacia los intereses del neocapitalismo. El Estado ha sobrevivido como institución sin soberanía. La soberanía perdida ha dejado campo libre a la deconstrucción de la esfera pública y a la privatización de los sujetos políticos. Pero sostener que la soberanía está latente o superada (y que si regresara sería peligrosa), que el pueblo es un sujeto privado de identidad y probable presa de los extremismos, que las clases ya no existen y que la lucha de clases es una herramienta oxidada del viejo-marxismo, no significa hacer un lúcido e imparcial análisis del presente, sino aniquilar la misma posibilidad de resistir al neocapitalismo. Una renovada soberanía popular, moderada por la política, representa, quizá, la única alternativa real a la “soberanía del mercado”.
ISSN:2389-8232