El anciano frágil

Los cuidadores deben enfrentar el manejo de los adultos mayores cuando estos se enferman, deben conocer el tipo de cuidados a dar y conservar el bienestar. Las prácticas para mantener la salud difieren de un lugar a otro y pueden estar influidas por la suma de problemas derivados de los efectos de la enfermedad crónica, las dificultades de acceso a los servicios de salud y los problemas financieros. La actitud negativa hacia las personas mayores por quienes proveen el cuidado, puede producir alteración en el mantenimiento de la salud, razón por la cual muchos ancianos terminan institucionalizados. Esta situación genera un mayor grado de dependencia, debido a la iatroge-nia por el uso de procedimientos invasivos, por la restricción física y... Ver más

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0121-7577

2462-8425

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2001-01-01

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30

Hacia la Promoción de la Salud - 2001

info:eu-repo/semantics/openAccess

http://purl.org/coar/access_right/c_abf2

Descripción
Sumario:Los cuidadores deben enfrentar el manejo de los adultos mayores cuando estos se enferman, deben conocer el tipo de cuidados a dar y conservar el bienestar. Las prácticas para mantener la salud difieren de un lugar a otro y pueden estar influidas por la suma de problemas derivados de los efectos de la enfermedad crónica, las dificultades de acceso a los servicios de salud y los problemas financieros. La actitud negativa hacia las personas mayores por quienes proveen el cuidado, puede producir alteración en el mantenimiento de la salud, razón por la cual muchos ancianos terminan institucionalizados. Esta situación genera un mayor grado de dependencia, debido a la iatroge-nia por el uso de procedimientos invasivos, por la restricción física y el alto uso de medicamentos. La persona en el hogar tiene menores ries-gos de infecciones cruzadas y mayor libertad de seleccionar a los cui-dadores; sin embargo, estos pueden tener dificultades para dar el cui-dado especialmente cuando existe impedimento mental o discapacidad física en el paciente. Un aspecto trascendental para tener en cuenta es que la responsabili-dad, requiere del conocimiento de sí mismo y del sentir. El profesional y el cuidador deben enseñarla, el enfermo y su familia deben asumirla. Si no se tiene la capacidad para sentir los mensajes de malestar o bien-estar que manda el cuerpo no se puede responder. La respuesta surge desde el propio corazón, no es condicionada; de manera que se debe respetar la integridad de aquello que requiere de la propia respuesta.
ISSN:0121-7577