Revisión de la ecofisiología de frutos andinos importantes: Solanaceae

Las zonas altoandinas presentan condiciones ecofisiológicas aptas para el cultivo de muchas especies frutales, especialmente, de la familia Solanaceae. El objetivo de este artículo de revisión de literatura fue reunir la información ecofisiológica importante sobre cuatro frutales, cultivados en clima frío: uchuva, tomate de árbol, lulo y pepino dulce. La uchuva es una especie bien adaptada a clima frio, se cultiva entre los 1.800 y 2.700m s.n.m., con temperaturas de 13 a 16°C. Es altamente adaptada a una elevada radiación solar y al cambio brusco entre la temperatura del día y de la noche. Requiere una precipitación de 1.000 a 1.800mm año-1, distribuido uniformemente durante el año; es sensible al déficit hídrico, pero también al encharcami... Ver más

Guardado en:

0123-4226

2619-2551

24

2021-06-30

Gerhard Fischer, Helber Enrique Balaguera-López, Stanislav Magnitskiy - 2021

Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0.

info:eu-repo/semantics/openAccess

http://purl.org/coar/access_right/c_abf2

Descripción
Sumario:Las zonas altoandinas presentan condiciones ecofisiológicas aptas para el cultivo de muchas especies frutales, especialmente, de la familia Solanaceae. El objetivo de este artículo de revisión de literatura fue reunir la información ecofisiológica importante sobre cuatro frutales, cultivados en clima frío: uchuva, tomate de árbol, lulo y pepino dulce. La uchuva es una especie bien adaptada a clima frio, se cultiva entre los 1.800 y 2.700m s.n.m., con temperaturas de 13 a 16°C. Es altamente adaptada a una elevada radiación solar y al cambio brusco entre la temperatura del día y de la noche. Requiere una precipitación de 1.000 a 1.800mm año-1, distribuido uniformemente durante el año; es sensible al déficit hídrico, pero también al encharcamiento y a los fuertes vientos. El tomate de árbol, en Colombia, produce mejor de 1.800 a 2.600m s.n.m., con temperaturas entre 13 y 20°C, con una precipitación anual entre 1.500 y 2.000mm y humedad relativa alrededor del 80%, con un brillo solar de 1.800 a 2.300 horas/año; no resiste vientos fuertes, déficit hídrico, ni anegamiento. El lulo requiere ambientes con alta precipitación (1.000 a 2.800mm) y penumbra, porque pierde mucha agua por transpiración, pero el anegamiento también lo afecta; crece bien en zonas entre 1.600 a 2.400m s.n.m. y 16 a 24°C, con tasas de fotosíntesis hasta de 34,03µmol CO2 m-2 s-1. El pepino dulce está generando un creciente interés en muchos mercados de los frutos exóticos, crece en 900-2.800m s.n.m., con temperaturas <25°C y responde bien al enriquecimiento con CO2.
ISSN:0123-4226