La fabricación de la abstracción. Algunas hipótesis sobre el dinero, el lenguaje y la literatura moderna

La pregunta que he tratado de responder es si existe un inconsciente político, es decir, si la estructura económica de una sociedad afecta sus formas de expresión espiritual y cómo lo hace. Este término fue acuñado por Fredric Jameson en su libro de 1981, El inconsciente político, que tenía una orientación explícitamente marxista, a la que este estudio tambien se refiere. En ese libro Jameson critica el paradigma homológico, que lee la relación entre estructura y superestructura en términos de reflejo expresivo. El concepto de homología es hoy poco utilizado en el contexto de los estudios culturales de orientación marxista. Mi objetivo es reevaluar su eficacia. Para hacerlo trato de mostrar que, si estudiamos el intercambio económico desde... Ver más

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Descripción
Sumario:La pregunta que he tratado de responder es si existe un inconsciente político, es decir, si la estructura económica de una sociedad afecta sus formas de expresión espiritual y cómo lo hace. Este término fue acuñado por Fredric Jameson en su libro de 1981, El inconsciente político, que tenía una orientación explícitamente marxista, a la que este estudio tambien se refiere. En ese libro Jameson critica el paradigma homológico, que lee la relación entre estructura y superestructura en términos de reflejo expresivo. El concepto de homología es hoy poco utilizado en el contexto de los estudios culturales de orientación marxista. Mi objetivo es reevaluar su eficacia. Para hacerlo trato de mostrar que, si estudiamos el intercambio económico desde un punto de vista semiótico, entonces la extracción de capital es ya en sí misma algo que se da entre la esfera estructural y la superestructural: el dinero no es un objeto material, sino un código, y la plusvalía sólo puede entenderse como un desplazamiento interno de este código, que como “parole” actúa de una manera, como “langue” de otra. Por lo tanto, cada elemento de la superestructura debe estudiarse coherentemente en primer lugar como creación de un metalenguaje. Finalmente, trato de aplicar esta idea al análisis de los valores de uso, identificando un desplazamiento similar en la necesidad universal del capital para producir, incluso antes de las mercancías mismas (parole), el dinero como una necesidad abstracta de ellas (langue): este es lo que también llamo “fetichismo del consumo”.