Editorial

En el marco de estas bienvenidas es mi deseo exponer algunos pensamientos, unos propios otros ajenos, que intentan proyectar intenciones, ilusiones, sueños, compromisos de alguien que lidera algunos procesos pero que no quiere por ningún motivo sentirse huérfano ni solo en medio de tanta humanidad. Empiezo haciendo alusión a Max van Manen (2015) quien, en un bello texto, El tono en la enseñanza, llama la atención en torno al asunto de la coherencia. Dice van Manen que: Es asombrosa la capacidad que tienen los jóvenes de percibir las incoherencias entre lo que decimos o hacemos y lo que somos. Del mismo modo que a un amante no le pueden engañar durante mucho tiempo las simulaciones de la pareja, el profesor no puede engañar… con un entusiasm... Ver más

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Revista Latinoamericana de Estudios Educativos - 2017

Descripción
Sumario:En el marco de estas bienvenidas es mi deseo exponer algunos pensamientos, unos propios otros ajenos, que intentan proyectar intenciones, ilusiones, sueños, compromisos de alguien que lidera algunos procesos pero que no quiere por ningún motivo sentirse huérfano ni solo en medio de tanta humanidad. Empiezo haciendo alusión a Max van Manen (2015) quien, en un bello texto, El tono en la enseñanza, llama la atención en torno al asunto de la coherencia. Dice van Manen que: Es asombrosa la capacidad que tienen los jóvenes de percibir las incoherencias entre lo que decimos o hacemos y lo que somos. Del mismo modo que a un amante no le pueden engañar durante mucho tiempo las simulaciones de la pareja, el profesor no puede engañar… con un entusiasmo fingido ni una falsa experiencia. El profesor que no sabe de qué está hablando (sea o no consciente de ello) pronto queda en evidencia como alguien al que no hay que tomar muy en serio. (p. 63)
ISSN:1900-9895